domingo, 18 de diciembre de 2011

CONSTANTE

 Siempre; el ruido de las cosas, los cadáveres de los rancios espacios entre lo que se hizo y lo que se es tienen valores comunes. Una constante matutina de labios carmín, una constante curvilínea de temibles y agudas dentelladas profundas. Tú no lo sabes pero los cadáveres rancios también retumban con sus sinuosidades exentas sus últimos fluidos corrompiendo ya el acto inmóvil de la ceguera. Procesos mecánicos, la inercia, tus ojos ámbar, tu larga nariz de garza, tú despojo, tú cadencia residual. Yo sé que bailas, pero yo ardo en las llamas del no Ser sin ningún problema. Becho…

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Un Cronos desvaído al filo de nuestra cama secreta. Mira, el fin, si, es el Fin, mira. Que alivio.