miércoles, 24 de noviembre de 2010

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Vi al mounstro detrás del vitral, con un poco menos de luz, mi apariencia reflejada en ti, el mounstro al que quiero desterrar. Me gustan los especímenes que van delante de mi, a esos otros mounstros que me dan la mano para seguir; frías y con una iluminación endémica así son esos victimarios. Vi al moustruo; era mi yo invernando en un foso, tu foso de miedo. La materia me desarma mientras tu voz llega atravezando el Mediterraneo, el Atlántico llega tu voz. Tu voz de miedo llega al fin.

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Un Cronos desvaído al filo de nuestra cama secreta. Mira, el fin, si, es el Fin, mira. Que alivio.