lunes, 25 de mayo de 2009

DAN Y EL VACIO (2da parte)

La ciudad luego de los destellos, de los grandes bramidos, de la muchedumbre que generan aquellos oleajes que como en la mar se precipitan una y otra vez sobre la graba gigantesca, sobre los muros que dividen su espacio, de las grandes luces que se reclinan sobre hojas secas caer se las ve mientras en su aleteo se mecen como castañuelas al ritmo de un himno paria, sobre nómades melodías que lo disuelven, que corta al vacío lleno de gases y la brisa que mueve a cada una de aquellas cetrinas y crujir con algún pisotón de Mayo. Después de las prisas del señor, del economista que llega tarde a alguna junta, de los estudiantes que salen y luego entran en atraso para la Cátedra de Estética, de la abuela que se ha olvidado sacar a su compañero canino para que no le ensucie el departamento, de la señora que deja a los guaguas con la niñera, del vagabundo que lo golpea un oficial porque ya es hora de despertar y brindar el espacio para que otros ciudadanos puedan apreciar los mármoles de la fuente Cumandá, del inmenso automotor que se agolpa, aquel infernal tráfico en las horas pico, del mal genio conductor del colectivo, de los porteros de cada uno de los edificios que baldean la acera contigua. Luego la pesadumbre, el cansancio animal de otro día más que gira y el hastío, otro día más del maldito hábito y la cena, otro día más besar a mamá, besar a Esteban, besar a Danielito que ya a dado otro pasó más y se lo ha perdido, que ya dice mamá. El velo que lo cubre todo, aquel positivo que da nuestra estrella guardián se desintegra y poco a poco en el ocaso, el crepúsculo anunciando su retorno a casa nos deja otra sensación, aquella que nos da el vació que sentimos en medio de nuestro pecho profundo, y como un estertor lo llenamos con deudas, con una botella de fernet con coca, lo llenamos con proyectos y sueños, que lo llenamos con hijos. Y allí se encuentra como el moho de una casa húmeda otro ser que no ha llegado a casa, que se ha quedado en medio camino y Dan en sueños mucho más ausente. -Dan despierta, Dan que haces otra vez acá , Dan vamos, por que te has quedado por aquí ya te he dicho que no te quedes dormido en medio del saguán... -Quién me toca, quién es, identifíquese -Hey!, no te me hagas el chistoso, quien más va a ser que yo, la loca que te da un lugar, grandísimo loco -Ah! Sara, que alegría que me hayas encontrado, sabes, creo, tú me has salvado -De quién Dan, alguien te ha querido lastimar -Unas mujeres muy guapas con ropajes blancos que recién me las he encontrado quizás hayan querido arrebatarme de tu lado -Y quienes son querido, que te han echo - Ah...Sara, se han reído, quizás se me han reído con tan cruenta risa que hayan querido devorarme, tuve miedo, mucho miedo, pensaba que no podríamos ya hacer aquel viaje que prometiste ¿recuerdas? - No temas Dan aquí estoy, no temas querido -Pero ven, levántate, necesitas un baño, vamos Dan a mi departamento para que te quites este olorcito. -Ah!, Sara solo piensa en descansar, en poder dormir y levantar su aterido cuerpo en la mañana, para poder pagar las cuentas, para poder seguir en curso. - Que tan juguetón que es toda está perfecta extensión, cosquilleándome, haciéndome sentir bien. Aquel olor que emana después de un baño de Sara penetra en la franela con que me seco, en estos guantes de algodón que toco, en toda esta extraña selección del espacio. Sus modos sutiles de acción se podrían describir impecables en los míos sin duda. De manera imperceptible empieza con unas pequeñas estiradas muy suaves y espaciadas dando lugar para que las acciones posteriores sean posibles. El proceso sigue inevitable y mientras ésta se desarrolla los cosquilleos aumentan en dimensión. Los posteriores estiramientos de la piel tan extensa que sus repliegues y las líneas de expresión van incrementado según como el tiempo transcurre se vuelven tan profundas y parecería que la disposición de cada uno de aquellos suaves repliegues tuvieran voluntad propia cuando se agrupan y luego de un tirón mucho más fuerte que el anterior se vuelve a templar. Ah! la sonrisa se vuelve cada ves más amplia y mientras me veo más arrugado y luego tan templado suelto una carcajada primero una muy suave para las posteriores que los cosquilleos incesantes los hacen mucho más brutales a las que quizás Bergson repudiaría. Veo en el reflejo del cristal aquellas deformaciones, la mirada pía mientras se vuelve a replegar, quien es aquel, el de allá, quién es el que está allá al otro lado del cristal, quien me guía en los acontecimientos y en los cambios exteriores que en mí se producen, quien es ese que no soy yo, quien es aquel de aquella mirada mordaz, quien es ese que se deforma que primero calmo y joven ahora se ve tan arrugado y feliz, de quien es aquel sonido animal que lo llena todo. Nunca he podido mirarme al espejo sin sentir pavor por el otro, aquel que sus luces lo hacen tan diferente de mí, que su espacio es distinto al del mío, no se cual es su origen, será tan temeroso como yo. Los laudes, las brocas, el medallón. Algún día me atrapará, no me dejará volver , intimidará a Sara y vendrá por mi. -Me voy Dan, ya sabes que hay comida en el refrigerador, sírvete cuanto gustes y no olvides cerrar cuando te vayas... -Sara espera, a donde vas, no me dejes. Esta luz que me pesa, que origen tendrá, aquellas asas, millones de ellas me envuelven, me sofocan, y cada vez con más intensidad mellan en esto que soy, él fedeum de aquel incognocible poder menoscaba a aquel animal en quien me encuentro, tan solo, tan réprobo. El aire que baja de aquellas laderas impulsado, se torna en viento que alivia el camino, que me acaricia y aquel poder para que mis cabellos se eleven que cambien de posición, para que se abran aquellas miles de extensiones, aquellos miles de brazos viscosos que acarician mi rostro, que se posan en mi cabeza, que pretenden volar.

BUCLE

  I ¿Esta mar… las partículas que se desvanecen una y otra vez, en el mismo episodio creo que lo dejé..., pero ya ves, cambia y cambia de es...