Podría pensar que a echo bien el sumo de todo lo que de él en plena certeza del todo sabía. Y aquel todo que el creía poseer era tan solo una minúscula parte de un sector apostillado, aniquilado a un costado de una galera avasalladora en extremo por su enormidad y que aquel sector no era más que una pelusa roída que se escabullía por debajo de unos objetos que rodaban en movimiento armónico hacia el lado opuesto de la dirección que tomaba dicha pelusa. Más aún no suponemos siquiera la grandeza de aquel espacio, más que la galera contenía un millardo de objetos, unos grandes y rugosos, perezosos, yertos la mayoría con unos grandes bostezos que habitaba al vacío y otros pequeños, jocosos , juguetones sesudos recién despiertos. Pues volvamos al sector, y observemos la configuración, luego insertemos los datos y que todo el sistema se apropie para observar la posición de aquella minúscula parte que aquel ser daba por plena certeza poseer como el todo. Y de aquel todo abría llegado al método adecuado para la resolución de cada uno de aquellos escozores que el inevitable movimiento los hace cada vez con más ansias de la transgresión que nos inmola de a poco. Y de aquel levitar, la certeza perfecta, la alegría de saber y la resolución, el descanso de ya no pensar más. Pero y todavía, la posición de aquella minúscula parte incluida en aquel sector que se la podría medir indefectible, y establecer mediante sus intervalos en la longitud de onda que proyecta se escabulle, y nos juega con proyecciones erroneas, con espejismos dialécticos. Será que la galera se mueve?, que se contrae? empero inexiste poco a poco?.
viernes, 4 de julio de 2008
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